La cara A muestra una de sus principales actividades: la predicación. Desde el púlpito un fraile se dirige a los feligreses que están sentados unos detrás de otros, dando la idea de estar ocupando los bancos de una iglesia cubierta por los pequeños arcos apuntados que se dibujan en la parte superior. Es posible que la escena posea una doble intención: la actividad cotidiana de la predicación, o sea un recuerdo a San Vicente Ferrer, el cual predicó en la Villa en 1.402, momento en que se está iniciando la fábrica del Monasterio 59.