San Gregario Magno decía en su "Moralium":
"El demonio es llamado jumento, dragón y ave, tienta frecuentemente al género humano con tres clases de vicios: la lujuria, la malicia y la soberbia ... " y como jumento queda representado.
El centauro era un cazador pacífico, pero cuando se excedía en la bebida se volvía agresivo y violento, capaz de llevar a cabo las mayores atrocidades. El salvaje era el hombre que debido a la tentación se asemejaba a la bestia. Aquí el centauro representa - según San Gregario- al demonio, el cual, como jumento, arrastra al salvaje hacia el pecado.